El tipo este no puede menos que caer simpático. Y los publicistas (que, probablemente son los mejores generadores de metáforas de nuestra época) lo saben bien cuando le han colocado de personal coach a esa familia apadrinada por el Banco de Sabadell.
Pero ayer, en el Barça-Valencia, Pep aún me pareció más majo que habitualmente: el entrenador probablemente más admirado en la actualidad había decidido colocarse un lazo rosa en la solapa derecha de la chaqueta. No sé cuánta gente vio el partido, pero si juntamos abonados a teles deportivas, espectadores por Internet, audiencia de los resúmenes que ofrecen en los programas deportivos y telediarios, etc. calculo… bueno…un auténtico montón de gente se preguntó, al menos por un momento, por qué Guardiola llevaba ese lacito en la solapa.
Tampoco es que uno sepa exactamente si estas campañas sirven. El día mundial, el mes mundial, el lazo rosa. Concienciación (qué palabra tan fea, lo de awareness en inglés suena bastante mejor) sobre el cáncer de mama.
La verdad es que yo, del lazo rosa y antes de leérmelo en la Wikipedia (recomendable), sólo sabía que Estée Lauder había tenido algo que ver (gracias, María) y eso sólo hacía que levantar mis sospechas de una cierta vinculación interesada (en vender cosméticos cool) a la causa de la mujer. También, por supuesto, laboratorios farmacéuticos se asocian a campañas de este tipo, e incluso y cómo no, un detergente de nombre impronunciable nos dice, en inglés: wear it pink. Este año, hasta Facebook, que es tan azul o quizá tan amarillo, quiere ser rosa. Pero aunque, si uno se pone conspiranoico, todo puede tener su lado poco transparente, el Barça de Guardiola, ¿por qué? ¿Qué pretendía el Pep?
Bueno, es cierto que en el Barça tienen antecedentes que hacen pensar que son coherentes con una línea: la primera (y creo que única hasta la fecha) publicidad que ha llevado el Barça en su camiseta ha sido de UNICEF. Aún recuerdo cuando en un viaje a Barcelona le compré la camiseta oficial (de Ronaldinho) en la tienda oficial (vaya clavada) a mi hijo, con el susodicho rótulo en la pechera. También recuerdo que entonces (a la vuelta del viaje) me di cuenta que mi hijo no era (ni es) del Barça: la camiseta aún está por estrenar y el chaval ya es el doble de grande que entonces.
A lo que iba: Pep me dio una alegría con ese pequeño lazo. La semana que viene hay muchos actos ligados a este día internacional del cáncer de mama y está bien que el asunto se difunda colgado del traje de un hombre de éxito, que capitaliza valores escasos y en alza: equipo, solidaridad, talento, trabajo, esfuerzo, ambición... Sí, llega el día 19 de octubre y a su alrededor tenemos Congreso de la Sociedad Española de Senología, esta vez con carácter internacional, en Valencia (donde espero, entre otras cosas, asistir a la conferencia del Dr Veronessi, del que tantas cosas admiro) y, en Murcia, las amigas de AMIGA han organizado un programa más que interesante. El único (y gran problema) es que, si todo se concentra en un día, pues no se puede atender a todo lo que uno querría. Aquí os dejo el programa de la FECMA por si alguien se anima. Seguro que sí.
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En fin, Pink Pep: muchas gracias. Excepto por ganarle al Valencia: eso sí que no te lo perdono. ¡Abusones!