lunes, 16 de noviembre de 2009

Disparities


Disparities (ing): Disparidad (esp). RAE: (De dispar).1. f. Desemejanza, desigualdad y diferencia de unas cosas respecto de otras.


Sorprende (o, realmente, no, si somos sinceros, tampoco sorprende tanto) que la raza sea un factor de desigualdad frente a la provisión de servicios sanitarios en un mismo ámbito económico y político, en este caso, en los Estados Unidos de América. No es el primer artículo que se publica en este sentido. En ocasiones la causa de la desigualdad a la que se atiende es la raza (hispanos, aforamericanos, indios nativos o asiáticos frente a blancos/caucásicos) pero en otros casos se ha publicado la discriminación sanitaria en relación al área geográfica, al nivel de ingresos o el grado de adscripción a un seguro u otro.


Este es simplemente el último que he leído. Bueno, seré sincero, solo he leído el abstract, perdón, el resumen. Desde casa no puedo acceder a la revista a texto completo (es de pago). Aquí está el resumen, para quien desee leerlo completo.


Disparities

Si este artículo lo leyera un periodista, el titular sería… bueno, os podéis imaginar, seguro que incluiría las palabras discriminación, muerte por cáncer de mama, afroamericanas… en distintas combinaciones.


Bien, sí, escandaloso. Otra vez.


Pero a mí me llaman la atención más cosas:


Los autores (trabajo publicado en la revista Cancer; el primer firmante —suspiro profundo— ha publicado, sobre todo, sobre lesiones accidentales por objetos punzantes/cortantes en sanitarios) firman bajo la organización “HealthCore, Inc., Wilmington, Delaware” que, si uno busca en Internet, resulta ser la rama/división de investigación (dirigida por un prestigioso farmacéutico, aunque los “papers” recogidos en la web no resultan ser demasiados) de “WellPoint Health Networks, Inc.”, que resulta ser una compañía de provisión de servicios médicos que (según su propia web) son “[…] the leading health plan in the U.S. with approximately 35 million medical members” (¿se entiende?: una compañía que asegura a casi tanta población como españoles somos) y que, a su vez, posee una “familia de compañías” entre la que se incluye, por ejemplo, “Blue Cross” que, desde su página web, anima a suscribir la edificante y pedagógica campaña “GetHealthreformRight”, por lo que leo, opuesta a la reforma sanitaria propuesta por la administración Obama.


Bajo un bonito banner lleno de médicos multirracialmente risueños (y algunos desenfocados), que espero nos haya provocado cierta dispepsia tras abrir el link, la campaña GetHealthreformRight asegura (la traducción es mía, perdón por las incorrecciones) “todos estamos de acuerdo en que se debe hacer mucho más para ayudar a todos aquellos sin cobertura y a mantener los costes bajos para todos. En lugar de cambiar el sistema de salud que funciona hoy, construyamos sobre él para asegurar la cobertura a los no asegurados. Crear un nuevo plan de salud gestionado por el gobierno es innecesario para expandir la cobertura a los no asegurados y provocará que mucha gente pierda la cobertura de sus empresas y que actualmente les satisface”.


Ahora, después de varios vueltas por Internet, de link de compañía en link de compañía (y puedo haberme equivocado, obviamente) creo que ya entiendo por qué la frase de la conclusión [“Disparities in medical care among patients with newly diagnosed breast cancer were evident between African-American women and white women despite health plan insurance coverage. Interventions that address the gaps identified are needed.”] incluye, precisamente, esas palabras: “despite health plan insurance coverage”. “A pesar del seguro médico suscrito” ¿sería una traducción correcta?


Esta es la conclusión que yo hubiera redactado si fuera uno de los autores y si fuera sincero (y si la compañía de investigación subrogada a la compañía aseguradora para la que, definitivamente, trabajo me dejara): Tenemos un sistema que discrimina a las mujeres aforamericanas pero ¡ojo!: nosotros no hemos sido.


Pero, claro, yo no soy especialista en lesiones punzantes por agujas...


En cualquier caso, dudo que la editorial de la revista Cancer (Wiley & Sons), una de las 400 compañías más poderosas de USA y especializada en las revistas-bandera de las sociedades médicas de ese país, aceptaran esta conclusión y además, no sé cómo se traduce "¡ojo!" al inglés.


Suerte (Baraka), Obama. Y a todas esas mujeres.




lunes, 9 de noviembre de 2009

Alfonsina y (claro) el mar.


En Mayo de 1935, Alfonsina Storni fue operada de un cáncer de mama. Hija de una familia numerosa y pobre, Alfonsina aprendió a amar las palabras a través del teatro. Uno de sus primeros trabajos (remunerados) fue el de actriz, con apenas doce o trece años. Más tarde se haría maestra de escuela y escritora. Escribió obras de teatro (también teatro infantil) y poesía. Fue contemporánea de Gabriela Mistral o García Lorca y amiga de Horacio Quiroga.


Yo no sabía nada de Alfonsina Storni.


Yo nunca he leído un poema de Alfonsina. Hasta hoy.


Por supuesto, conozco la canción que le dedicaron: “Alfonsina y el mar”. Claro, el mar. Esa canción, con mil versiones. La canción sobre el suicidio de una mujer de cuarenta y seis años.


Yo no sabía que sólo tenía cuarenta y seis años.


Yo sabía que Alfonsina se vestía de mar, del Mar del Plata. Y que alguien llama y no le dicen. ¿Quién era? ¿Quién llama? Sólo sabía que ella se adentra, que se va a buscar nuevos poemas. Vestida de mar.


Yo no sabía que Alfonsina Storni tuvo, con veinte años, un hijo de padre nunca declarado. Que le llamó Alejandro.


Yo no sabía que Alfonsina quiere decir “dispuesta a todo”.


En cambio, yo sí sabía que, en 1935, tras los éxitos de Halsted a principio del siglo XX, muchos cirujanos adoptaron el paradigma de la mastectomía radical. Y la “ampliaron”. Rouvier, por ejemplo, que asociaba a la mastectomía de Halsted (mastectomía con disección axilar e injerto de piel por el gran defecto dérmico torácico que se producía) la disección de los ganglios supraclaviculares. O Urban, que añadió la toracectomía parcial, la resección de los ganglios de la mamaria interna y la pleurectomía.


Yo no sabía que a Alfonsina la mastectomía le había dejado grandes cicatrices físicas y emocionales. Que, en esos tres años, sus crisis nerviosas previas se hicieron más frecuentes. Que ya no quiso salir de casa.


Hasta que encontró el camino, el último, por la blanda arena, tres años después de la mastectomía.


Un año antes, en 1937, se había suicidado Horacio Quiroga. Ella le escribió:


Morir como tú, Horacio, en tus cabales,

Y así como en tus cuentos, no está mal;

Un rayo a tiempo y se acabó la feria...

Allá dirán.

Más pudre el miedo, Horacio, que la muerte

Que a las espaldas va.

Bebiste bien, que luego sonreías...

Allá dirán


Hoy, ahora, he leído un poema de Alfonsina. Ahora ya sé que, en 1938, poco antes de su muerte, recibió un homenaje literario, junto a Gabriela Mistral. Al parecer, el cáncer había recidivado, incurable.


Yo no sabía que ella había escrito una despedida, en el periódico La Nación, después de dejar todo organizado para que a Alejandro no le faltara de nada:


Dientes de flores, cofia de rocío, manos de hierbas, tú, nodriza fina, tenme puestas las sábanas terrosas y el edredón de musgos escardados.

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame. Ponme una lámpara a la cabecera, una constelación, la que te guste, todas son buenas; bájala un poquito.

Déjame sola: oyes romper los brotes, te acuna un pie celeste desde arriba y un pájaro te traza unos compases para que te olvides. Gracias... Ah, un encargo, si él llama nuevamente por teléfono le dices que no insista, que he salido..."


Yo no sabía que en esa canción que había oído tantas veces (Mercedes Sosa, Calamaro…) estaban sus versos, disimulados, camuflados.


Ahora sé que son los mejores versos de esa canción. Que ni siquiera son tan tristes. O que lo son mucho más, pero de otra forma.


Yo no sabía que Alfonsina fue también una paciente con cáncer de mama. Como las que mañana están citadas en la consulta.


Yo no conocía esta versión.